Educación deficiente y apatía escolar

Amando Octavio Domínguez Ruíz | Tiempo de Veracruz | febrero 8, 2011 at 8:36 PM

Por: Amando Octavio Domínguez Ruíz.

Llama significativamente la atención los titulares de muchos diarios de circulación nacional cuando afirman, en voz de Andreas Schlkeicher, jefe de la División de Indicadores y Análisis de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE), la pérdida de   25 mil millones de dólares por educación deficiente. Esta contundente cifra fue dada  a conocer por quien se considera el padre de la prueba que evalúa el desempeño de  estudiantes en lectura, matemáticas y ciencias, que se aplica internacionalmente para  calificar el rendimiento escolar de  niños y jóvenes.

En su discurso, comenta el especialista, que estudiantes Finlandeses   obtuvieron 546 puntos en matemáticas y ciencias, en contraparte con el desempeño de nuestros jóvenes mexicanos que  apenas alcanzaron  402.

Quiero significar que la opinión del experto evaluador  se dirige a lo que hacen los países para mejorar su educación, cuando afirma que “los sistemas educativos de mejores resultados no están esperando a que las cosa sucedan, están haciendo las cosas para moverse más rápido hacia el futuro”, y que esto se relaciona directamente con el nivel de desarrollo económico que han alcanzado  aquellas naciones  preocupadas por mejorar el aprendizaje de sus estudiantes, ya que todos coexistimos  en una economía global que  exige mejorar en las competencias necesarias para enfrentar con éxito los requerimientos que el moderno desarrollo plantea a la educación.

Schlkeicher concluye que “hay una relación muy estrecha entre el crecimiento, el progreso económico y la mejora del aprendizaje”. Al respecto, un grupo de expertos en investigación educativa  encabezados por Silvia Schmelkes, pide a la presidencia de México retomar las recomendaciones de la OECD, entre las que se encuentra la de integrar un grupo de trabajo para iniciar “la reforma educativa que México reclama con urgencia, el mismo documento menciona que es “necesario redefinir nuevas reglas del funcionamiento del sistema”, a partir de un trabajo coherente, consistente, sistémico y de largo plazo para asegurarlo.

Los comentarios anteriores sirven de marco de referencia para significar el trabajo presentado  por Beatriz Peredo Carmona y José Velasco Toro en su texto Apatía Escolar, reflexiones para la transformación educativa, de la colección Pedagogía Social que edita el Instituto Veracruzano de Educación Superior IVE, cuando afirman los autores que su objetivo es provocar la reflexión tendente a repensar el acto educativo.

Los escritores afirman en su texto que nuestra educación, particularmente en el sistema escolarizado, no promueve la conciencia crítica y reduce la actividad escolar a la triste trasmisión de información, sin que medie comprensión. Esto provoca aburrimiento y apatía  ocasionadas por falta de motivación relacional entre lo que se le trasmite  y la información que el percibe como útil para su vida.

Lo más grave del asunto es que el desanimo no solo invade a los estudiantes, sino contagia a los docentes que caen en desgano que les conduce a la simulación de enseñar: “hago como que te enseño, haces como que aprendes”, como complemento ese clásico lema que algunos atribuyen almagisterio, “haces como que me pagas, hago como que trabajo”. Esta difícil situación, obviamente limita el proceso de aprendizaje y la generación del conocimiento, siendo que el aburrimiento manifestado por docentes y discentes bloquea el acto de pensar  desde los contenidos programáticos, donde el docente” queda reducido a ser actor trasmisor-evaluador de la información encajonada en los programas  y cosificada en los libros de texto.

La situación descrita en líneas  anteriores, dibuja  al estudiante  atrapado en el papel de objeto concurrente y receptor de lo trasmitido, estando condenado e repetir el dato para ser valorado y etiquetado cuantitativamente en la escala de ascenso y promoción.

Otro de los factores a considerar en la apatía y desencanto de los escolares, es la indiferencia del docente quien primero está preocupado por trasmitir los contenidos programáticos , cumplir con los tiempos que le marcan los calendarios escolar y programático para entregar las evaluaciones a tiempo, olvidándose  casi por completo de impulsar actividades para fomentar el aprendizaje y crear situaciones para cultivar la capacidad creativa de sus alumnos de manera que los hagan pensar por sí mismos y  sean  sujetos autónomos, pensantes a partir del descubrimiento de sus capacidades personales y el desarrollo de su capacidad cognitiva, emocional estética y ética.

En el texto de Peredo Carmona y Velasco Toro, se enfatiza el rol que cumple el docente en este proceso y señalan que, a pesar de los llamados cursos de actualización docente, que por cierto reproducen el criticado esquema de trasmisor-receptor, no abonan lo suficiente para que, en base a la práctica de ejercicios  que propicien el aprendizaje creativo,  permitan al maestro aumentar su capacidad de enseñante. Al respecto, me permito transcribir un punto de vista que considero de fundamental importancia en relación con la función que debe cumplir el maestro:

”La real actualización del docente debe ser integral y constituida por un sentido estético y ético profundo, a la par del acceso permanente del conocer científico, social, humanístico y tecnológico de vanguardia. Pero sobre todo debe ser gozosa, para propiciar en él la emoción del aprendizaje creativo que le permita enfrentar cualquier situación y aumentar su posibilidad de enseñante. En otras palabras, hacerlo competente como educador, como propiciador de escenarios generadores  de conocimiento, y ya no como repetidor de contenidos.”

Culmino esta participación apelando a la buena conciencia de los educadores  para invitarlos a leer el novedoso texto “Apatía Escolar”, que representa un excelente  llamado de atención para aquellos que nos dedicamos a la búsqueda de soluciones que permitan conseguir y llevar a la práctica, el urgente cambio que está demandando la educación en México.

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