La corrupción institucionalizada.

Veracruz en la mira.

Por: Evaristo Morales Huertas

Uno de los problemas que principalmente afectan el prestigio de nuestro país en el extranjero, es la gran corrupción que impera en todos los ámbitos de la burocracia mexicana, la cual parece que funciona para entorpecer y retardar todos los trámites administrativos que debían ser ofrecidos en forma rápida y expedita.

Los mexicanos que ya nacimos y crecimos dentro de este mundo de corrupción, hemos aprendido inconscientemente a convivir con este vicio, es decir, formamos parte de esa cadena interminable de actos en donde nada se mueve sino es a través del dinero.

Muchas han sido las “razones” que decimos haber tenido para consentir actos que en el fondo, afectan a nuestros bolsillos económicamente, pero sobre todo nos denigran como seres humanos, desde el momento en que no tenemos el valor para enfrentarlos y denunciar ante la autoridad correspondiente.

Lo más socorrido tal vez haya sido el pensar que no seremos tomados en cuenta al interponer nuestra queja o denuncia y que por el contrario eso retardará aún más la solución al problema planteado, porque ya lo hemos sufrido otras veces o lo han experimentado conocidos nuestros.

En otros casos, hemos dicho que sale más barato regalarle al agente de tránsito o al policía de la esquina cien o doscientos pesos que, acudir ante las oficinas correspondientes para solucionar una infracción administrativa, dado que saldrá más caro y se perderá más tiempo.

También nos han espantado los mismos funcionarios o empleados de gobierno, quienes sin ningún rubor y con todo cinismo, retan a que hagamos todo conforme a la ley, pero que finalmente tendremos que llegar a ellos y será peor, ante lo cual cedemos al chantaje.

Por citar un ejemplo: En el poder judicial de Veracruz, desde hace mucho tiempo se ha aceptado a los llamados “meritorios” para auxiliar a las mesas de trabajo que ya existen en los Juzgados y que resultan insuficientes para cubrir la carga de trabajo. Pues bien, estos meritorios no reciben paga alguna del poder judicial, aunque vengan recomendados de la misma presidencia de ese poder y sin embargo se les coloca en mesas adjuntas al titular, se les proporciona una computadora o se les pide que lleven su laptop y todas las copias certificadas que los litigantes piden, son elaboradas por estos auxiliares, a los que casi con gusto se les gratifica porque de esta manera se pueden obtener rápidamente documentos oficiales necesarios para otros trámites que el oficial escribiente responsable no tiene tiempo de elaborar; y así otros movimientos como, sacar fotocopias, buscar expedientes etc. etc.

Y así podríamos citar casos en las oficinas de los tres niveles de gobierno: hacienda, tránsito, en el mismo poder legislativo, aunque ahí ya se habla de “ligas mayores”, lo cierto es que la simplificación y gratuidad administrativa en México, sigue siendo una falacia.

Gobiernos van y vienen, de distintos partidos los titulares que llegan, pero finalmente la corrupción se da en todos los niveles, salvo honrosas excepciones de funcionarios honestos, que muy pronto el mismo sistema se encargará de apartar porque no conviene que alguien actué distinto a la generalidad.

El día en que todos los mexicanos decidamos decir no a la corrupción, no a la dadiva, no a la propina, no al cochupo, ese día cambiará por completo la imagen de este país.

Pero es tan difícil lo anterior que la gran mayoría de los mexicanos por ignorancia, por mala fe o sencillamente por conveniencia, se le hace fácil decir  “sotto voce”, “bendita corrupción” y mientras esto siga así, estamos condenados a seguir siendo la vergüenza del mundo en esta materia con todas las consecuencias que este vicio acarrea y que ya estamos sufriendo.-HASTA DENTRO DE OCHO DIAS, SI EL QUE MANDA NO ORDENA OTRA COSA.

Xalapa Ver., a 16 de abril de 2011.

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