Ellas cacaraquean, después de poner el huevo!

Romeo González Medrano | | abril 3, 2013 at 2:48 PM

DESPERTAR A TIEMPO

Por: Romeo González Medrano

ELLAS CACARAQUEAN,

¡DESPUES DE PONER EL HUEVO!

¿Por qué las gallinas cacaraquean después de poner el huevo? “Porque no saben hablar” dijo un simplón; “porque nos dan lecciones de marketing”, dijo un publicista; “porque están felices”, gritó un granjero quien para destacar su experiencia añadió que no lo hacen antes de ponerlo y menos a la mitad, cuando suponemos que están pujando.

En cambio los servidores públicos en nada se parecen a las gallinas: cacaraquean huevos ajenos, huevos que solo están en proyecto, huevos a la mitad de poner; huevitos de paloma como si fueran de avestruz y, por si fuera poco, lo presumen como si lo hubieran hecho solitos y sin ayuda de nadie.

¡Qué pequeño es el ego de aquellos que son incapaces de compartir los meritos por la realización de una obra y qué ciegos al creer que su imagen se engrandece cuando en realidad se vuelve diminuta!

Como padre, madre, representante sindical, diputado, senador, sacerdote o gobernante ¿Cuál es el mérito de cumplir con una obligación? Méritos extraordinarios los hay cuando se supera lo obligatorio con obras de calidad, con administración eficiente, con transparencia y rendición de cuentas, imaginación, talento, cooperación, economías y ahorros, etc.

En el “cálculo” de la rentabilidad para la imagen personal por obras y acciones realizadas como servidor público, hay a). Un error elemental y b). Una falta de previsión. Error al desdeñar el grado de conciencia social hoy alcanzado por ciudadanos mejor informados y pensantes y, lo segundo, porque este año habrá nueva normatividad en materia de publicidad gubernamental la cual entrará en vigor junto con el PEF 2014.

Sea por lo que sea, lo cierto es que la realización de obra pública casi siempre ocasiona molestias e incomodidades a la población que tiene necesidad de movilizarse a sus actividades. El deber de las autoridades estatales y municipales no debe limitarse a tomar las medidas de seguridad, control y supervisión que garanticen la realización de obras a costo real y de calidad, a que tiene derecho la sociedad. También es su responsabilidad ocasionar las menores molestias posibles solo que para esto, como para lograr la comprensión y colaboración de la población, hace falta mucho más que aburridos boletines o vistosos espectaculares protagónicos.

Por falta de previsión, por recursos siempre insuficientes o por las razones que sea, los ayuntamientos como el de Xalapa tienen numerosas obras en proceso, gran parte de estas menores respecto a las que realiza el Gobierno del Estado las cuales tienen que llevarse a cabo en circunstancias que afectan de alguna manera la vida y dinámica de la sociedad. El tema viene al caso a cada instante; por ejemplo lo ocurrido con la ciclo vía y el congestionamiento que provocó los trabajos previos a su inauguración. No se vale.

Obras para ampliación o reparación de tramos del sistema de agua potable o drenaje, para reasfaltado de calles o pavimentación en concreto hidráulico; guarniciones y banquetas, entre muchas otras. Todas requieren colaboración de la población.

La población que tiene que trasladarse todos los días a sus labores, protesta, critica, opina y no son pocos los que expresan toda clase de improperios en contra de las autoridades. Estas situaciones podrían manejarse con mejores resultados si los responsables de las obras tuvieran mas contacto con la ciudadanía, con las organizaciones sociales y económicas, con los vecinos afectados o beneficiados. Si esto hicieran contarían con su comprensión y colaboración; una respuesta que parece difícil de conseguir lo cual es cierto si se elige la simple, tradicional y agotada practica de emitir boletines de prensa cuando en realidad, lo que se requiere es de un programa de comunicación directa con mensajes en sitio y el entorno de las obras. Una cosa es informar y otra comunicarse.

La obra pública requiere de una comunicación ajena a protagonismos que exprese y advierta con claridad cuáles son las condiciones transitorias de traslado; tiempo aproximado que durará e información que motive el interés de los beneficiados, su mejor colaboración y una cultura de valoración y respeto por los espacios públicos; igual que en una familia cuando de diversas maneras todos sus miembros pagan el costo de una ampliación o remodelación. No cabe duda que gobernar una sociedad o una familia, es mucho más que hacer obras como ser buenos padres es mucho más que proveer de objetos materiales a los hijos. (No basta con Franco de Vita)

Cada obra y cada acción comprendida en el Programa de Movilidad Urbana 360 requieren de cambios en el comportamiento de autoridades, peatones, conductores particulares, choferes de transporte público, comerciantes, prestadores de servicios, transporte de carga, y en general, de toda la sociedad.

Gobernar es promover una nueva cultura de convivencia urbana – y también rural - que coloque el respeto por la vida por encima de todo; que promueva la tolerancia creativa, la coexistencia en la diversidad y que aplique el poder institucional para todo aquello que nos libere de “los obstáculos que frenan su desarrollo y limitan su potencial” de acuerdo palabras recientes del Presidente Peña Nieto.

La obra pública material es un excelente vehículo de pedagogía política para crear ciudadanía, por cierto, un papel que desgraciadamente no desempeña al privilegiarse el cacareo. La máxima honra de los auténticos servidores públicos, debiera ser la satisfacción del deber cumplido.


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