Gobierno eficaz - VS - Chapulines (II)

Romeo González Medrano | | marzo 13, 2013 at 8:03 AM

DESPERTAR A TIEMPO

Por: Romeo González Medrano

GOBIERNO EFICAZ –VS- CHAPULINES (II)

• “Tenemos un estado ineficaz que no puede cumplir con sus obligaciones básicas” : EPN

• Burócratas, son el principal obstáculo para un buen gobierno: G. Pasquino

• La buena gobernanza exige cambios al sistema político para que existan funcionarios y burócratas comprometidos con su tarea: Congreso Internacional de Ciencias Administrativas.

• Condición básica del buen gobernar, es el autogobierno. La organización de la administración pública por sectores, ha contribuido a la fragmentación del poder.

• La articulación intersectorial de políticas y programas es casi inexistente; transversalidad y coordinación institucional, solo en el papel.

• Quienes se han servido del poder necesitan que continúe existiendo la fragmentación sectorizada. Gracias a eso cada funcionario tiene “su juguete”, su medio de publicidad al servicio de su carrera política.

“En nuestro país, los derechos individuales y sociales que consagra la Constitución siguen sin ser una realidad cotidiana para la mayoría de los mexicanos” “Tenemos un estado ineficaz que no puede cumplir con sus obligaciones básicas” esto dijo durante su campaña el hoy Presidente de México.

¿De qué circunstancias y factores dependerá que el nuevo gobierno federal pueda ser eficaz y sobre todo, en materia de derechos sociales como es la sana alimentación, vivienda digna, empleo, seguridad, salud o educación de calidad?

Por aquello de que los de casa no merecemos credibilidad, aquí está la respuesta de un experto internacional:” Burócratas son el principal obstáculo para un buen gobierno”. Mérida, Yuc., 19 Junio 2012 (ACOM).- El politólogo italiano, Gianfranco Pasquino destacó que la buena gobernanza no debe estar basada en continuas reformas a los sistemas de gobierno, sino cambios al sistema político para que existan funcionarios y burócratas comprometidos con su tarea.

El especialista indicó que “las reformas –a los sistemas de gobierno- son siempre innecesarios y no son suficiente”, al tiempo que expuso “si los burócratas controlan el poder y no cambian, no producen soluciones, llegan a ser parte de los problemas de gobierno, problema muy importante y muy significativo”

Tras establecer que quien tenga el ejercicio del poder debe basar sus decisiones en el conocimiento del problema; la búsqueda real de soluciones y por último, el actuar sobre estas problemáticas, lamentó que en realidad a muchos políticos solo les importan sus intereses personales o de grupo”. http://www.inap.mx/portal/images/pdf/iica/nota42.pdf

La cita es de uno de los ponentes magistrales en el Congreso Internacional de Ciencias Administrativas efectuado en la ciudad de Mérida apenas el año pasado. Hay un mercado mundial de teorías y recetas. Por donde le busquen los incrédulos o maquillistas de lo existente, si la llevada y traída reforma del estado no pasa y también se convierte en una revolución de la burocracia, de las estructuras administrativas y de toda la cultura del servicio público, olvidémonos todos del gobierno eficaz.

Yo solo voy a referirme a lo que he vivido y constatado en casi 40 años de servidor público federal, estatal y municipal donde se me ha dado la oportunidad de colaborar en áreas estratégicas donde se formulan, ejecutan y evalúan políticas públicas.

Son abundantes y diversos de enfoque los diagnósticos sobre las causas de la ineficacia del Estado Mexicano calificado así, entre otros, por el Presidente de México. Con estas notas trato de llamar la atención sobre un aspecto de la organización y operación de toda la administración pública que con más frecuencia ha sido objeto de “formulas de solución”, pero sin los resultados deseados.

Me refiero a la distorsión que invariable y sistemáticamente experimentan las políticas públicas en el proceso de su ejecución. (Luis F. Aguilar, La implementación de las Políticas Públicas. Ed. Porrúa, Pág. 17) El autor hace referencia a “los poderes e intereses en juego”. Pues bien, en complemento a esta interpretación del maestro Aguilar, añado una observación más alusiva al diseño administrativo: La eficacia en la aplicación de las políticas públicas no depende solo de lo oportuno y certero que sean las obras, las medidas y acciones que realice cada dependencia de un gobierno sino también de la articulación intersectorial de unas y otras; articulación congruente en tiempo, ubicación geográfica, calidad, destinatarios, cantidad y, desde luego de la participación social organizada de los beneficiarios.

En ocasiones a esta condición se le llama pomposamente “transversalidad,” misma que hasta hace unas décadas recibió el nombre – y aun se le llama- “coordinación institucional”. En tiempos del Ex Presidente José López Portillo - cuya política alimentaria cuestioné en mi tesis de licenciatura,- el aspecto en comento se le llamó “matriz de congruencia intersectorial de programas y metas”. Con Alejandro Carrillo Castro, estimado maestro e impulsor de la reforma administrativa quizá más profesional contextuada y sistémica que se haya intentado en este país, también conocimos la “matriz de Rosa Luz Alegría” modelo de programación multisectorial que cobró carta patente en foros nacionales e internacionales.

O sea, no han faltado ni propuestas sólidas ni conciencia de la necesidad de que las obras y acciones de cada dependencia de gobierno se articulen adecuadamente unas con otras. Por ejemplo que la introducción de agua potable, la construcción del camino de acceso, la energía eléctrica, los servicios de salud coincidan con la localización del centro escolar que lo necesita. De hecho, la orientación de la Cruzada contra el Hambre argumenta en el mismo sentido de la famosa transversalidad.

Cuando se habla de múltiples y dispersos programas sociales que repiten y empalman las mismas acciones, se alude a una deformación de la administración que se da en todas las dependencias y no solo en los programas sociales. También hay áreas del sector salud, comunicaciones y obras públicas, de fiscalización, etc y la explicación la encontraremos en la cultura individualista de una burocracia que sabe que ejercer presupuesto es ejercer poder . Cada quien quiere su bicicleta lo que entre otras consecuencias encarece la función pública.

Desgraciadamente la voluntad política de los gobernantes ha sido insuficiente para lograr esos propósitos de eficacia. Quienes se han servido del poder necesitan que continúe existiendo la fragmentación sectorizada, la atomización de la administración pública. Se han servido lo mismo los viejos y nuevos empresarios o prestanombres, como los viejos y nuevos políticos de todos colores.

Los primeros porque en el soborno han tenido la receta eficaz para lograr la viabilidad en la gestión de sus intereses y, los segundos - los políticos – servidores públicos - porque gracias a esa forma atomizada de la administración cada quien tiene “su juguete”, su medio de publicidad, su instrumento para competir en la carrera política de acceso a nuevos cargos.

Hoy esta práctica se le conoce como chapulinismo o plaga la cual ha convertido la administración pública en trampolín, subordinándolo siempre todo a la lucha por más poder. Mientras el gobierno no se gobierne y esto no se regule y se profesionalice la política, ésta continuará como recipiente de toda clase de personas; parte de esa profesionalización debe sustentarse en una verdadera rendición de cuentas, sin estas condiciones, se ve lejana la meta de lograr un gobierno eficaz.


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