Pobres, hambrientos y sedientos

Rafael Arias Hernández | | abril 23, 2013 at 6:47 PM

Mutatis mutandis

POBRES, HAMBRIENTOS Y SEDIENTOS.

Por Rafael Arias Hernández

Siempre debe quedar claro, muy claro, a todo político, servidor público y gobernante que lo importante, lo fundamental y prioritario es la vida, el ser humano y su medio ambiente.
Esta es la piedra angular de toda sustentabilidad y, desde luego, debe ser también de la política, de la representación pública y del buen gobierno.
Así que, lo primero es lo primero.
En este sentido, y en todo caso, hay que ser exigentes, inflexibles y congruentes.
La conveniencia, la manipulación, el oportunismo y la discrecionalidad acostumbran cambiar el enfoque, la orientación y los métodos o sistemas mismos, hasta el grado de confundir medios y fines, objetivos y formas.
Consecuentemente, para nuestra desgracia como sociedad, probamos y comprobamos, que el orden de los factores si altera el producto: los resultados son perjudiciales o negativos. Pérdidas, daños, limitaciones y sacrificios. Historia repetida. Cuento de nunca acabar.
Así que avisar, alertar, informar y opinar sobre riesgos, peligros y consecuencias posibles, debe tomarse como un deber, como una contribución obligada para asegurar la integridad, seguridad y desarrollo de la existencia humana y el medio ambiente del que inexorablemente, se forma parte.
De ahí, que por estas y otras razones, en teoría y práctica, en el decir y el hacer, debe fortalecerse el Estado de Derecho; garantizar las condiciones de la convivencia pacífica, así como la solución civilizada de los conflictos, problemas y diferencias propias de la pluralidad y diversidad social. ¿Y el derecho humano al agua? ¿Y la nueva legislación del agua?
Desde luego que todos los aspectos y temas de interés individual y colectivo deben ser atendidos.
Desde la democracia efectiva, hasta la diplomacia activa; del fomento a la participación social, hasta la responsabilidad individual; de la creación artística a la recreación del espectáculo y la convivencia; de la conservación a la innovación. Educación, salud, seguridad, vialidad y ruralidad. Todo es de interés social y responsabilidad gubernamental.
Todo bajo principios y valores responsables y constructivos, justos y sustentables.
Esa es la esencia, la razón de las razones. Es hora que lo entiendan, apliquen y practiquen políticos y partidos, funcionarios y gobernantes, servidores públicos de todo rango o nivel. Quien quiera oir…
LO PRIMERO: PERSONAS Y SOCIEDAD.
En el país, con todo y sus defectos, es alentador saber de la revelación y descripción, que el nuevo discurso hace de la realidad.
Cierto que apenas son los primeros pasos y que frente a la complejidad y dimensión de los problemas, hay mucho por transitar.
Lo importante es que se empieza a reconocer y saber de la dimensión y consecuencias de los problemas que afectan a los mexicanos; de los alcances y limitaciones, logros y fracasos de las políticas públicas.
Importante tener presente, estar al tanto y conscientes, de la desesperación de una población empobrecida y hambrienta. Atendida por programas con reconocida y limitada cobertura, que excluye en automático a una gran parte; y cuya aplicación, con frecuencia cuestionada, deja mucho que desear.
Programas y políticas gubernamentales en general, que deben tener un seguimiento y control, una evaluación independiente, real y efectiva, sin excepción, para que el apoyo, auxilio y recursos públicos efectivamente lleguen a su destino y provoquen los efectos esperados.
Para que, en particular, los destinados al combate de la pobreza de muchos, de demasiados no degenere en botín, en beneficio de quienes condicionan, manipulan y sacan provecho de la desgracia y sacrificio. Bien se sabe que desde hace décadas, entre mas se combate a la pobreza, más crece.
Fronteras y situaciones de opacidad e ineficiencia gubernamental, en donde coinciden diversos tipos de delincuencia, que también afectan y atentan contra la población.
De ahí que en todo asunto público, deban ejercerse libertades y derechos responsablemente; en particular, ante esta nueva actitud de no esconder, negar, distorsionar o minimizar necesidades y problemas, viejos y nuevos.
Bienvenida la actitud de atenderlos y resolverlos, de dialogar y analizar públicamente las posibles soluciones.
Valiosa oportunidad para el aumento y ampliación de la participación individual y social responsable, cuyo invaluable potencial puede contribuir significativamente en logros y avances, reales y efectivos.
SEDIENTOS A LA VISTA.
Bajo este enfoque, imposible ocultar lo inocultable o ignorar lo prioritario.
Por esta vez no citaré estadísticas, ni información representativa.
Simplemente llamaré la atención sobre la noticia, que se repite día con día, en todas partes: la falta o escasez del vital líquido.
Hoy no hay agua es expresión cotidiana, en mas y mas lugares.
¿Hasta dónde vamos a llegar?
Las respuestas, si las hay, son limitadas y caras. Incluso algunas contradictorias y absurdas, como la de elevar injustificadamente el precio del servicio; o privatizarla para volverla mercancía de precio creciente.
Por lo pronto, el agua más cara la pagan los pobres. La de más alto riesgo, la consumen los miserables. Y la que todos vamos a pagar a cualquier precio, es la que no hay.
Lo paradójico, es que todo esto y más, también suceda en donde se supone que hay abundancia de agua. Donde literalmente la mayor parte se escurre, como se escurren muchas oportunidades para su uso racional.
Mientras tanto, la inercia de la irresponsabilidad ahí va.
Sobresalen y destacan los que, entretenidos en sus propios intereses, caracterizados por su mediocridad, corto alcance y falta de previsión, poco o nada hacen para atender lo importante para todos.
Algunos, siguen concentrados en el enriquecimiento personal y de su grupo, o en cobrar “el diezmo”, la parte o porcentaje con el que autorizan, permiten o simplemente “dejan hacer y dejan pasar” cualquier actividad, incluyendo las delictivas.
Otros, dedicados a la simulación, a hacer como que hacen, aprovechan toda ocasión para la auto promoción y exaltación de su imagen personal.
Unos y otros proliferan, abundan en los ámbitos municipales, estatales y federales. Unos y otros no atienden, ni les interesa lo importante, lo de interés social; o simplemente, ineficientes o incapaces, no pueden, no hacen, ni dejan hacer.
Pasan por los puestos públicos sin atender y mucho menos prever lo básico o indispensable, como el abasto suficiente y oportuno del agua para consumo humano.

Dirán lo que quieran. Justifican lo injustificable. Inundan los medios, como lo hacen, de mensajes triunfalistas (vamos bien); escapistas (no nos afecta); insensibles (no pasa nada); o futuristas (dentro de cincuenta años, o más, no habrá problema).

Hoy, desde luego, se viven consecuencias del desinterés social y la irresponsabilidad, ineficiencia y delincuencia gubernamental; de quienes no cumplieron, ni hicieron lo que tenían que hacer respecto a un problema prioritario que exige una visión de mediano y largo plazo.
No una visión ni una actitud corta, inmediatista, cara e incompleta; en muchos casos, corrompida por la intención de la privatización del agua, en cualquiera de las muchas formas, que ya están multiplicándose en todas partes.
Y mucho menos, una irresponsable, ausente, de desatención y simulación frente al simple hecho de que sin consumo de agua no hay posibilidad de supervivencia. Inútil prometer, distraer, posponer y evadir lo inevitable: no se sobrevive sin consumo de agua.

Algunos dirán que estas son exageraciones, que el problema no es tan grave, que hay márgenes.
Tal vez tengan en parte razón, pero lo que es un hecho es que la atención, previsión y solución a este y otros problemas prioritarios para la sociedad, debe partir de una visión integral, persistente y pertinente; del conocimiento y reconocimiento de ciclos biológicos, de plazos más largos que el simple y burdo inmediatismo; de actitudes y conductas estrictamente comprometidas frente al medio ambiente y el bienestar social; de políticas públicas efectivas, evaluables y sustentables; y, sobre todo, de políticos, gobernantes y servidores públicos eficientes, identificados con la sociedad, responsables y conscientes, con un presente y futuro que ya está aquí.
Estiaje, racionamiento, tandeo, sequia, baja captación, pésima distribución, desabasto, fugas, pipas, sedientos…un torrente de reclamos y conflictos que aumenta.
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